Naturalmente todo se calienta al estar expuesto a la radiación solar. Un edificio o casa no es la excepción.Durante el verano se produce un aumento en la demanda por sistemas de refrigeración y por ende un aumento en la energía que necesitan para su funcionamiento, y obviamente en los costos de su mantención. Los estudios han demostrado que la superficie de una pared exterior verde es de hasta 10 ° C más fría que una pared expuesta, por lo tanto, mucho menos calor se irradia hacia el interior. No sólo las paredes verdes reducen las necesidades de refrigeración, sino que también ayudan a mitigar el efecto isla de calor urbano